15 sept 2013

Ray Bradbury y Edgar Allan Poe fueron los culpables de que Armando Alanís se decidiera a escribir. Pero que fuera poeta lo determinó,como recalca en su libro, un amor no correspondido. Sin falso pudor, cuenta cómo un fallido romance de secundaria le arrancó sus primeros versos. Al salir de la preparatoria se propuso leer a todos los poetas de Nuevo Léon y cuando se dio cuenta la poesía era la actividad a la que más tiempo dedicaba. Investigarla, leerla, escribirla, difundirla y  promoverla, a eso dedica su vida actualmente.













Aunque las pintas de Acción Poética suelen tener como principal motivo el amor, ha encontrado espacio para reflexionar o al menos intentar mitigar la violencia que, como la poesía, también se ha vuelto cotidiana en varias ciudades del mundo










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